lunes, 19 de abril de 2010

【ラスト・ラブ】挿1話

Mhh... No tengo nada qué acotar =S
Simplemente leanla x3
Como siempre, espero que sea de su agrado ^^~

【ラスト・ラブ】挿1話

Hace casi 22 años que sucedió aquello...
Gracias a Dios pude superarlo gracias a todos.
No me arrepiento de mis decisiones, no me arrepiento de lo que hice. Ya he derramado suficientes lágrimas como para conseiderarlo un pecado en estos momentos.
La sonrisa de mi hija fue lo que me hizo seguir adelante, lo que hizo que siempre mirara hacia adelante...

Papá, tengo novio..., me había dicho. Fue muy gracioso percatarse de su nerviosismo en cada uno de sus movimientos. Al igual que su madre, era dulce y atraía a todos los muchachos con su calidez y amabilidad.
Papá...
Aún a esta altura de mi vida sigue pareciéndome extraño escuchar esas palabras provenir de sus labios. Pero cada vez que lo escucho, me hace sentir sumamente feliz...

Quiero traer al chico que me gusta a casa, ¿me ayudas?, me había dicho.
Cuenta conmigo, le dije, apoyando mi mano sobre su espalda, a lo que ella exhaló un sonoro suspiro de alivio.
Ya había tenido su charla de padre a hija, así que yo no tuve por qué seermonearla.
Eso la diferenciaba de mí. Ella no tenía mi mismo complejo.
Eso la hacía diferente. Aunque llevaba el cabello corto -desde niña solía imitarme la desgraciada- no dejaba de ser femenina. Eso lo había sacado de su madre.
Y...
Lamentablemente...
Cosas de su padre también...

Cuando nos enteramos que iba a presentar a su novio, no dudamos en ir a su casa para esa fecha. Hikari-chan tenía ya sus lindos 5 años y como toda niña que se precie de tener su edad, no hacía más que preguntar y preguntar -a su modo, claro está- y de revolotear por los rincones.
Siempre fueron muy unidas. Para Hikari-chan es su oneesan...


Desde niña nos compraba a todos con una simple frase o tan sólo con su sonrisa.
Podría decirse que lo heredó de su padre.
Pero no lo usaba para su provecho -al menos, no de una forma egoísta-, esa era la diferencia.
Es una suerte que haya decidido suicidarse...


Un colectivo andaba por el recorrido común.
Los únicos pasajeros eran una pareja, quienes tenían sus manos entrelazadas y estaban sentados en los últimos asientos.
La muchacha de cabello azabache, corto, con algunos destellos en un tono más claro y de ojos también oscuros, miraba el paisaje a través de la ventanilla.
El muchacho miraba el paisaje a través de la ventanilla del lado contrario.
- Estás temblando - Susurró el muchacho, riendo.
- Estoy nerviosa - Dijo la muchacha, mirándolo - ¿Tú, no?
- No - Dijo el aludido, tomando con más fuerza la mano de la joven -. Si estoy a tu lado, sé que todo estará bien.
La muchacha sonrió.
Se quedó observando su rostro, sus ojos, de los cuales había quedado enamorada apenas los vio.
Sí, hasta podía decir que fue un amor a primera vista.
Aunque sorprendió un poco a los integrantes de la casa cuando dijo que tenía novio (puesto que nunca había salido con algo así), todos accedieron a conocerlo finalmente, ese día.

Bajaron del colectivo y caminaron un par de cuadras hasta llegar a la casa.
La misma tenía dos plantas y de afuera parecía una acogedora cabaña de madera albina.
El sonido de las llaves, ocasionaron que los dispersos integrantes de la casa llegaran casi corriendo al living.
- ¡¡Ahí vienen!! ¡¡Ahí vienen!! - Dijo emocionada una mujer de ondulados cabellos azabaches, agarrando casi del cuello a su pequeña hija, tan vivaz como ella y sentándola de un golpe sobre un almohadón que descansaba en el suelo.
Su esposo, la madre de la muchacha y un hombre y una mujer más, se sentaron en torno a la pequeña mesa dispuesta en el medio de tres sillones rojos, atestados todos con almohadones de colores chillones.
Finalmente la muchacha cruzó el umbral del hall hasta el living. Levantó la vista y observó el rostro de sorpresa de los presentes. Tragó saliva, suspiró y abrió sus labios...
- Les presento a Hagino Seisuke.
El muchacho entró al living.
En ese momento, pudo sentirse que el aire se puso tenso. Nadie podía sacar sus ojos del muchacho.
La madre de la niña, la abarazó con fuerza, protegiéndola de algo que no sabía que era. La aludida se percató de que algo no estaba del todo bien y levantó la vista para mirarla. Su mirada era la de una fiera protegiendo a uno de sus cachorros.
Una de las mujeres sentadas en el sillón, al darse cuenta que unas molestas lágrimas surcaban su rostro, se levantó de un salto y se cruzó la cocina para dar con el cuarto de su compañera de casa, quien la siguió a los pocos segundos.
- Si... Sientate..., Seisuke-k... kun... - Dijo el padre de Hikari.
Seisuke y su novia, se sentaron frente a ellos, quienes no podían salir de su asombro.

Mientras tanto, en una de la habitaciones, la madre de la muchacha era contenida por su amiga.
- ¿Por qué, Ruka? - Dijo, sollozando escondida en el hombro de la mujer, tiritando de miedo -. ¿Por qué ese chico es tan parecido a Sosuke? ¿Qué está ocurriendo aquí?
- ¿Es posible que... haya vuelto para vengarse de nosotros? - Sururró Ruka para sí misma.

1 comentario:

  1. O_O....a vos te afectó el LF, no?!!!
    ¬¬ mirá que yo soy ruka! XD
    jajajaa
    besos!!
    ya quiero más

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