sábado, 23 de julio de 2011

[oneshot] khr: numb



         Con el 189669 la vida es más sabrosa~ (?)

Katou Kazuki - Easy go  

    Frente a la PC~ Para variar (?)

 Estas son las ideas que me da la gente por Facebook, por Tegoshi...
Todo empezó por una imagen de Chrome... Y terminó... Bueno, en este fic, léanlo, no es apto para niños, gente con problemas del corazón (?) o fácilmente impresionable (?).
Dicho esto, lo que sigue...

Título: Numb (iba a ir Faint, pero se van a dar cuenta del por qué cuando lleguen al final xD)
Pairing: TLY Hibari x TYL Mukuro, TYL Mukuro x Chrome, TYL Hibari x Chrome, TYL Hibari x Chrome x TYL Mukuro, o, en síntesis, siempre la termina ligando Chrome~ ♥
Resumen: Un simple picnic puede convertirse en una experiencia memorable... Sea cualquiera la época en que caigas...
Advertencias: Ya las hice arriba xD Leé y comentá que sino no me entero que la leíste Dx
Enjoy~


Kyoko y Haru llegaron a la casa de Tsuna con la idea de llevar a un picnic a Fuuta, I-pin y Lambo, logrando su objetivo tras hallar dormido al dueño de casa, siendo advertidos por Nana que había tenido una dura batalla en su habitual torneo de sumo.
Los cuatro salieron a refugiarse bajo los árboles de cerezo del parque de Namimori cuando hallaron a Chrome en el camino, invitándola a ir con ellos, a lo que ella accedió, vergonzosa.

- ¡¡La última porción será de Lambo-san!! – Gritó el niño vaca, tomando entre sus manos la porción de pastel de crema y frutillas que descansaba en uno de los platos.
- ¡No seas egoísta, Lambo! – Gritó I-pin en su usual idioma -. ¡Hay que compartir!
- ¡No! ¡I-pin fea! – Gritó el aludido, alejándose corriendo con el pedazo de pastel.
- ¡Lambo-chan! ¡Vuelve aquí! – Lo llamó Haru, levantándose.
- No te preocupes – Susurró Chrome, imitando el acto -. Yo iré por él.
- Me da pena por ti, Chrome-chan; te invitamos y tienes que ir a buscar a Lambo – Dijo Kyoko.
- Es una forma de agradecerles la invitación.

De este modo, Chrome empezó su persecución hacia Lambo, quien la hizo correr casi medio parque, en el cual no habían más personas excepto ellos.
- ¡Gupya!
Lambo tropezó con una piedra y cayó al suelo, estrellando el pastel sobre su cabeza y ocasionando que debido al impacto, la bazooka de los diez años saliera disparada hacia Chrome, quien no tuvo tiempo a esquivarla y fue golpeada por ella.

Cuando recobró la conciencia y abrió sus ojos, se halló sobre una cama de finas sábanas blancas. El cuarto era pequeño, pero acogedor. Estaba tapizado de colores cálidos. Había una cómoda tapada por un gran sillón y un espejo sobre la misma. Una mesa redonda al lado del ventanal y un armario a su izquierda completaban el cuarto.
Se asustó cuando sintió la respiración de alguien más a su derecha, por lo que lentamente se giró sobre sí misma, y se acercó al sujeto que descansaba de espaldas, a su lado, incorporándose apenas para ver su rostro.
Grande fue su sorpresa cuando descubrió en aquel sujeto algo familiar, por lo que se sentó de un salto, ocasionando que el sujeto se despertara y se girara.
- Oya, oya… Esta sí que es una grata sorpresa, pequeña Chrome.
Ese sujeto, no era otro que Mukuro Rokudo … Diez años más grande, pero Rokudo Mukuro al fin, quien la miraba, siendo cubierto por la sábana de la cintura para abajo.
- Mukuro-sama…
- Tus mejillas están rojas – Rió el aludido, ocasionando que Chrome volteara su rostro -. En esta época la única forma en la que puedo ver tus mejillas así, es esta…
Chrome pudo sentir la fría mano de Mukuro colarse por debajo de su pollera. Se estremeció al sentir el contacto de los dedos de Mukuro sobre su piel. Su mano llegó a su ropa interior la cual llegó a bajar apenas un poco, debido a la posición en que se encontraba la muchacha.
Con menos obstáculos de por medio, Mukuro estimuló de a poco la parte más sensible de Chrome, que, a esa edad, nadie se había atrevido a profanar.
Chrome tenía las sábanas sobre su boca y su rostro demostraba la excitación que Mukuro le estaba haciendo sentir y la cual, poco a poco iba incrementando, al mismo tiempo que el ritmo de sus dedos sobre ella empezaban a aumentar el ritmo.
Cortos gemidos salían de los vírgenes labios de Chrome, quien nunca se había oído a ella de ese modo.
Llevó sus rodillas hacia arriba, cubriendo a su rostro entre ellas, mientras sentía cómo uno de los dedos de Mukuro estimulaba su entrada. Los gemidos seguían saliendo de su boca, volviéndose más cortos a medida que el tiempo pasaba. Su respiración se contrajo, al igual que todos sus músculos, cuando llegó al clímax.
Dejó su cabeza entre sus piernas durante un tiempo más, hasta que la voz de Mukuro la alertó.
- Está por llegar un visitante. No creo que le moleste tu presencia aquí, mi pequeña Chrome.
La cara sonrojada de Chrome se asomó por entre las sábanas, ocasionando que, nuevamente, el hombre se riera.
La puerta abriéndose la volvió a las sábanas. Quería irse… Quizás. Su cuerpo había disfrutado la masturbación hecha por Mukuro, pero sabía que estar allí era un error para ella y para el tiempo mismo.
- ¿Qué hace ella aquí? – Preguntó el recién llegado.
- Es un regalo del pasado. La disfruté bastante – Dijo Mukuro, sentándose en la cama y lamiendo sus dedos con lascivia, mientras observaba al recién llegado -. ¿Quieres probarla, Kyoya?
Estaba muerta… O a punto de estarlo.
Si Kyoya Hibari llegaba a acceder a tal pedido… Iba a estar muerta…
- ¿Por qué no?- Dijo el ex presidente del comité disciplinario de la secundaria Nami -. Veamos si es tan buena como lo es ahora.
- Ah… Creo que es un detalle el hecho de que a esta edad, Chrome aún es virgen…
- ¿No le habías puesto tus garras encima todavía? – Bromeó Kyoya, esbozando una sonrisa.
- Todavía no tenía esas dudas – Replicó el aludido.
Kyoya levantó a Chrome de un brazo y la llevó a la rastra al sillón, sentándola al lado suyo, bajo la atenta mirada de Mukuro.
La muchacha miraba el suelo, no podía, no quería mirar al frente y encontrarse con la mirada de Mukuro.
La mano de Kyoya sobre su rostro la quitó de su ensimismamiento, sorprendiéndose ella al encontrarse con sus labios, los cuales, a los pocos segundos se separaron.
- Y a esta edad… ¿Tampoco le enseñaste a besar?
- Kufufu… ¿Qué te dije? A esa edad todavía no tenía dudas.
- ¿Y cuándo se le despertó la duda?
- Cuando Takeshi Yamamoto y Hayato Gokudera empezaron a salir, ella los vio a punto de tener sexo y preguntó.
- Parece que hablaras de un padre que le explica lo que es el sexo a su hija, Mukuro – Dijo Kyoya -. Lástima que seas un padre con tendencia al incesto…
- Un hermano mayor, diría yo, suena más elegante.
- En esta época, sí puedes ser su padre.
- Tú también vas a abusar de ella, ¿qué tiene eso de diferente con que yo la haya masturbado? Ah, Chrome… Tus mejillas están más rojas que antes - Rió.
- Como digas… - Kyoya agarró el rostro de Chrome y la miró -. El que va a enseñarte a besar, seré yo, tú solo abre la boca.
Indicaciones fáciles, situación complicada.
La lengua de Kyoya no tardó en llegar a la suya y enroscarse a ella una y otra vez, tomando aire de a ratos, mientras que con una mano, desvestía a la muchacha, hasta dejarla en sostén.
Con su mano izquierda jugaba con uno de sus pechos, mientras que con la otra, intentaba imitar los actos que Mukuro había hecho minutos antes con el cuerpo de la chica.
Separó sus piernas y bajó su ropa interior hasta hacerla caer al suelo.
A diferencia del juego previo hecho por Mukuro, Kyoya forzó la entrada de la muchacha para que aceptara uno de sus dedos, ocasionando que Chrome gimiera debido al dolor.
El morocho ahogó los gritos acaparando sus labios, tras agarrar su nuca con fuerza.
Esa vista era perfecta para Mukuro, quien sentado en la cama, cubierto por las sábanas, se masturbaba con lentitud. Kyoya se dio cuenta de ello y le clavó la mirada.
- ¿Piensas quedarte fuera? – Le dijo, en el mismo estado que él.
El aludido no respondió. Chrome fue liberada del agarre de Kyoya, quien se sentó derecho en el sillón.
Grande fue la sorpresa de la pequeña cuando vio a Mukuro dejar sin aire a Kyoya, tras empezar a besarlo sin reparo, mientras sus hábiles manos despojaban al morocho de sus prendas, quien quedó vestido sólo con la camisa, dejando expuesto su miembro, el cual estaba en el mismo nivel de excitación que el de Mukuro.
Se sentía pervertida, algo sucia, por estar contemplando tal acto, pero tampoco podía negar que lo estaba disfrutando, y su cuerpo se daba cuenta de ello, pero sentía que le faltaba algo más... Pero no sabía qué.
Mukuro le dio un beso final a Kyoya, para centrarse en Chrome, a quien despojó de su sostén con sus dientes, para hallarse con los erectos pezones de la muchacha, quien desvió la vista, sonrojada.
El hombre tomó su rostro y la miró.
- No sientas vergüenza, pequeña Chrome. En esta época, tanto Kyoya como yo, conocemos cada uno de los rincones de tu cuerpo.
Tenía razón, pero en ese momento, todo aquello era nuevo para ella.
Los labios de Mukuro se posaron sobre los de Chrome con dulzura, distrayéndola para que no se diera cuenta de que estaba siendo aprisionada por las esposas de Alaude que Kyoya tenía en su poder.
- ¿Q…Qué…? Mukuro-sama… - Susurró.
- Ahora sí, que la diversión empiece – Dijo el aludido.
El camino que Mukuro marcaba sobre el cuerpo de Chrome era ardiente para ella, la excitación que Kyoya le producía con sus besos, apretando y rozando sus pezones y todo su pecho, la estaban matando.
Pero eso no se comparó a lo que Mukuro le hizo rozando su parte más sensible con su lengua.
Lo que salía de los labios de Chrome ya no eran gemidos, se convirtieron en gritos, mientras instaba a Mukuro a adentrarse más, aunque no hubiese donde, empujando su cabeza contra ella.
Kyoya marcaba cada parte de su cuerpo con sus labios, con sus dientes, para que todo aquel que llegara a mirarla supiera que le pertenecía. Chrome no comprendía qué era lo que experimentaba su yo del futuro en esos encuentros: o el goce pleno o la perdición.
Miró de reojo a su derecha y vislumbró el miembro de Kyoya siendo masturbado por Mukuro.
Abruptamente, Kyoya alejó de un golpe la mano del peli azul y puso sobre su miembro la mano de Chrome, a quien le enseñó cómo excitarlo hasta que ella pudo hacerlo por su cuenta.
La muchacha acabó y fue seguida casi al mismo tiempo por los dos hombres.
Mukuro se sentó y exhaló un suspiro.
- Fue un excitante juego, ¿no lo creen?
- Aún falta la mejor parte – Dijo Kyoya, acercándose a él.
Ayudándose de su mano, sin darle descanso, Mukuro masturbó a Kyoya hasta lograr que su miembro se volviera erecto, para introducirlo luego en su boca y succionar de él, mientras sus movimientos eran manejados por la mano de Kyoya sobre su cabeza. A los pocos minutos, Mukuro sacó el miembro del morocho de sus labios, relamiéndose.
- Ahora es tu turno, pequeña Chrome.
Siendo poseída por una melodiosa voz, la aludida se acercó a ellos y fue acomodada por Mukuro para que se sentara sobre su miembro, al cual tardó en acostumbrarse, pero debido a lo anteriormente acontecido, estaba más que lubricada para aceptarlo sin demasiado dolor.
Sintió los labios de Kyoya sobre su cuerpo y sus manos sobre su espina dorsal, ocasionando que se sobresaltara y aún más, cuando sintió cómo su miembro se encontraba junto con el de Mukuro en su interior.
Era Mukuro quien controlaba las estocadas que Chrome recibía, dándole el peor de los tratos, pero a la vez, el mejor de los placeres.
Entre perder la cordura y la conciencia, eligió la segunda, no sin antes acabar al igual que los hombres que la rodeaban.

- ¿Chrome?
- ¿Chrome-chan?
Cuando abrió sus ojos estaba de nuevo en el pasado. Se encontró con I-pin sobre el hombro de Kyoyo y a Haru cargando a un llorón Lambo entre sus brazos.
- Qué suerte que estás bien – Dijo Kyoko -. Nos preocupaste.
- Lo sien…
Dolor agudo y unas increíbles ganas de llorar por eso.
Eso sintió cuando intentó sentarse.
- ¿¿Hahii?? ¿Qué te sucede?
- Creo que… Se me entumecieron las piernas… - Dijo la aludida, sonriendo tímidamente.

Fin.

2 comentarios:

  1. Me encanto!
    XDD!!!!
    Amo cuando lo explícito lleva una buena trama y diálogos...^^

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  2. Genial •-• :D

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