sábado, 24 de septiembre de 2011

[fic] Venom & cure

¿Hace calor? ¿Hace frío? Ya no sé ;_;
*se fija en el Winamp xD* Kato Kazuki - Oh, yeah! Go way!
En casa... Por ahora ;w:


Culpa de unos scans (los cuales están abajo de esto, y antes del fic) y del título de la entrevista, digamos (el cual es el mismo del fic), es que se me ocurrió esta historia.
Hasta me di cuenta que el personaje en sí, es una mezcla entre Teshima Makoto y Toyama Sanpei xD Ya van a darse cuenta por qué.
Mhhh... Bueno... Léanlo, comente, y más que disfruten, que para eso está hecho xD

 
 


Noche 0: Muerte
En una de las tantas casas de un barrio en la ciudad de Tokio, unas ventanas eran abiertas de par en par. La persona que lo hizo, inhaló el aire sonoramente, dándole la bienvenida al nuevo día.
Saltó de la cama al suelo, se aseó y se alistó para ir a la escuela. Dos enormes colas salían de un moño rojo que vestía sobre su nuca. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro.
Vistiendo un par de mocasines negros, salió de la habitación y tras cruzar el pasillo, llegó al living, siendo invitada por el embriagante aroma del desayuno.
- Buenos días, hermano.
- Buenos días, Ayumi - Al otro lado de la mesada, la voz de un muchacho de cabello castaño la saludó, mientras depositaba el arroz en dos bowls -. Deja esa cámara.
La muchacha, quien estaba a punto de agarrar la cámara fotográfica fue alertada por la voz de su hermano, quien llegó a su lado y dejó uno de los bowls con arroz, más uno con el acompañamiento y la bebida, frente a ella; dejando su desayuno, exactamente frente al mismo, sentándose él frente a su hermana.
- ¿Cómo sabías?
- Yo lo sé todo.
- Tonto...  - El timbre sonó -. ¡¡Es Saki-san!! ¡Ve a abrirle, desconsiderado!
- Cállate - Rió su hermano, dirigiéndose a la puerta a abrirle a la recién llegada -. Buenos días, Saki.
- Muy buenos días, Makoto-san.
Saki era una compañera de trabajo de Makoto. Él se encargaba de las fotografías, mientras que ella se encargaba de la redacción de los reportes. Ambos eran periodistas.
La muchacha, sin sacarse los zapatos de poco taco, entró al departamento. Estaba vestida con un traje gris oscuro con finas rayas blancas y una camisa. El único accesorio que llevaba era un colgante, con un dije en forma de círculo con otros dos más pequeños en el medio.
- Buenos días - La saludó Makoto.
- ¿Estás lista, Ayumi?
- Mhhh... ¡Sí! - Exclamó la pequeña, de no más de 12 años, terminando su desayuno a las apuradas, levantándose del suelo.
- Pe... Pero yo...
- Te compraré algo en el camino, vamos - Dijo Saki.

Nadie podía negar que desde su primer encuentro, hubo química entre Makoto y Saki, tanto personal como laboralmente. En el plano laboral, eran la envidia de la empresa. Ninguno de sus trabajos había tenido queja alguna por parte de los superiores y, el llevarse tan bien, hacía que eso fuera llevadero.
Dejaron a Ayumi en la primaria y se despidieron.
- Ah... Parecemos padres, ¿no lo crees? - Preguntó Saki.
- Sí... - Dijo Makoto, mirando a su hermana alejarse -. ¡¿Eh?! ¿Qué?
- Deja de fantasear - Rió Saki -. Era broma.
- Tú siempre...
- Jeje. Me gusta molestarte - Dijo la muchacha, sonriendo -. ¿Vamos?

Saki vivía sola en su departamento. Era algo que no tenía en común con Makoto. Pero la ausencia de sus padres, sí era recíproca.
Ella perdió a sus padre en un accidente y a su madre al poco tiempo. Se rumoreaba que murió por la ausencia de su marido, pero su abuela, la madre de su madre, sabía que no era así.
En cambio, Ayumi y Makoto, perdieron a sus padres en un accidente de tránsito.
Quizás, ese dolor había sido lo que inconscientemente los unió.

Llegaron a la editorial como cada mañana, como de costumbre, debían esquivar a las personas que iban corriendo de un lugar a otro para modificar errores a último momento.
Un superior, sin darse cuenta, chocó a Makoto.
- ¡Ah! ¡Makoto! Recién llamaron de la primaria de tu hermana menor. Su nombre es Ayumi, ¿no?
- ¿De Ayumi? - Preguntó el aludido.
- ¿Ocurrió algo? - Preguntó Saki -. Pero si recién la dejamos allá...
- Será mejor que vayas...

Corriendo, ambos se dirigieron a la primaria; esquivando personas y autos de por medio.
A una cuadra de la escuela, el semáforo los detuvo. Saki agarró al brazo de Makoto, quien la miró. La mirada de la muchacha estaba perdida, como si estuviera mirando algo más allá de su alcance.
- Algo malo...
- ¿Eh?
- Algo malo va a ocurrir...
- ¿Saki? - La mano del muchacho se posó sobre la de la muchacha, quien, extrañada, lo miró.
- ¿Qué ocurre?
- Dijiste algo.
- ¿Yo? - Cuando se dio cuenta que su mano estaba sobre el brazo de Makoto, lo soltó rápidamente -. ¡Perdón!
- Dijiste "algo malo va a ocurrir" o algo así...
- ¿Qué?
- Sí... Dijiste eso...
- Si eso es verdad... Algo va a ocurrir en serio.
- ¿Qué?
Siendo alertados por el semáforo, siguieron su camino hacia la escuela.
- La última vez que sucedió eso, fue el día anterior a la muerte de mi madre; y la anterior a esa, el día anterior a la de mi padre.
- No creo que eso sea...
Cuando llegaron al portón de la escuela, siendo separados por varios metros de pasto y árboles del edificio, vieron a un tumulto de estudiantes y profesores viendo algo en lo alto del edificio. A una persona.
- No puede ser... - Dijo Saki, reconociendo a la persona.
- ¡¡AYUMI!!

Makoto llevaba consigo su cámara. En la carrera que hizo hacia el edificio escolar, esas macabras fotografías que fueron disparadas, fueron las más bellas que sacó. 
En esas fotografías, como si hubiera sido obra del Diablo, mostraba en cámara lenta, el suicidio de su hermana.

¿De qué es capaz una persona cuando pierde lo que más ama?

1 comentario:

  1. Como te gusta matar gente en tus one-shots desgraciada!!! :O Aun asi la historia es genial!!!!

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